Sorpresa y duda ante la reapertura de California

En diciembre, Los Ángeles fue nombrado como el “nuevo epicentro” del Covid-19 en Estados Unidos y el gobernador Gavin Newsom anunció un toque de queda para todo el estado. Pero después de unas cuantas semanas, el estado de California comenzó a reabrirse ante la sorpresa y dudas de algunos especialistas de salud,

La decisión decembrina de Newsom impactó a decenas de miles de propietarios de pequeñas empresas y mandó a las filas del desempleo a 117 mil personas, según cifras del Departamento de Desarrollo de Empleo de California.

Pero el 25 de enero, Newsom reveló que habían alcanzado la cifra necesaria para reabrir el estado, gracias a una proyección que mostró un incremento en la capacidad de las unidades de cuidados intensivos de los hospitales de esa entidad.

A pesar de estas proyecciones prometedoras algunos sienten que esta decisión es repentina y precipitada.

Katherine Sawyer es la dueña de Future Vanity/Novelty en Oakland, California, y nos cuenta que hasta a ella le parece una decisión súbita.

“Probablemente sea una de las pocas dueñas de salón que apreció el cierre porque así no nos estábamos exponiendo a COVID. Para mí ha sido devastador desde el punto de vista financiero y físico, por el estrés de tener que lidiar con toda la logística, pero ninguno de nosotros hemos tenido COVID por trabajar con el público, así que eso es bueno”.

Hablé con dos Doctores y profesores de la Escuela Fielding de Salud Pública y de la Escuela de Medicina David Geffen de UCLA: Dr. Peter Katona y Dr. David Hayes-Bautista.

Coincide con Sawyer el Dr. Peter Katona, profesor de la Escuela Fielding de Salud Pública y de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles.

Cuando le pregunté sobre la nueva estrategia que usará el estado, donde hasta las áreas con más casos tienen permiso de abrir negocios con restricciones al aire libre, el Dr. Katona dijo: “Me preocupa. Tuvimos un gran problema en la primavera y conseguimos superarlo un poco. [Luego] dejamos de lado la estancia en casa y las restricciones y volvió con fuerza [el virus] en otoño. Me preocupa que estemos cediendo demasiado pronto”.

Sin embargo, el Dr. David Hayes-Bautista, también profesor de las dos escuelas, director del Centro para el Estudio de la Salud y la Cultura Latina y parte de la junta directiva de un hospital en Los Ángeles, me contó sobre la experiencia de su hospital en las últimas semanas al tiempo que reaccionó indeciso sobre las medidas de Newsom.

“Para hacer frente a la oleada acabamos de tener un equipo de la guardia nacional que finalmente acaba de salir y que estuvo ayudando al hospital durante la primera parte de este mes. Ha sido horrible. Se fueron el fin de semana pasado. No sólo necesitábamos manos, sino manos expertas, porque se necesita a alguien que sepa cómo tratar a un paciente con un ventilador”.

Pero, según él, muchas de las medidas preventivas que existen benefician sobre todo a la clase media y media alta, pues gran parte de la comunidad latina integra la población de trabajadores esenciales y no tiene el lujo de trabajar desde casa.

“Muchos latinos enfrentan una decisión entre quedarse en casa sin comer o trabajar y exponerse al virus”, dijo Hayes-Bautista.

Para él, en países como Japón, Alemania, Italia, Gran Bretaña, no te haces esas preguntas, pues hay cuidados para todos: es un derecho humano, como el agua, el aire y la educación. “Aquí sí. Como resultado, algunas comunidades están sufriendo de manera desproporcionada mientras que todavía se las arreglan para mantener la economía en marcha”, dijo Hayes-Bautista.

Continua diciendo: “Me preocupa si re-abrimos y me preocupa si no re-abrimos, como se dice en español: estamos ‘entre la espada y la pared’. Lo que deberíamos hacer mientras re-abrimos es reforzar los equipos de protección personal, educación sobre distanciamiento social, acceso a las vacunas sin costo y posiblemente incluso acceso a cuidado médico”.

A pesar de las preocupaciones en California, el sistema de reapertura es mucho más estricto que el de la Florida. La diferencia más grande se ve en los restaurantes ya que, según las reglas de este último, los restaurantes pueden operar al 100 por ciento, sentar a 10 personas por mesa, aunque los comensales deben mantener puesto el tapaboca mientras no comen y beben.

En California, por el contrario, en caso de contagio intenso, conocido como situación morada, los restaurantes solo pueden operar afuera de las instalaciones; en la situación roja, al 25 por ciento de su capacidad y con modificaciones en los espacios; y naranja y amarilla, al 50 por ciento de su capacidad y con modificaciones para prevenir los contagios.

Roberta Hurtado Armas graduated from UCLA in 2016 with a BA in Political Science and a minor in Latin American Studies. She is currently pursuing a master's in Spanish-Language Journalism at Florida International University and is passionate about history, politics, immigration, and social justice. When she is not working, she enjoys riding her bike on the beach, reading, making desserts, and watching Netflix.