Pequeña Haití amenazada por la gentrificación, climática

Alegre, lleno de bromas amistosas y saludos entre amigos es lo que caracteriza al barrio de Little Haiti, conocido en español como La Pequeña Haití. Este barrio es el corazón cultural del éxodo haitiano en la ciudad del sol. Poco más de 30,000 personas procedentes de la isla caribeña se han instalado ahí por razones políticas, económicas o por desastres naturales que han golpeado al empobrecido país.

La Pequeña Haití es un vecindario repleto de pequeñas tiendas y grandes murales que ilustran su cultura. Los habitantes de esta área han conservado sus tradiciones plasmadas en sus mercados callejeros, sus típicos restaurantes, ventas callejeras de comida o baratijas, galerías de arte, librerías y música haitiana en cualquier establecimiento de la zona. El vecindario se encuentra ubicado en el área comprendida desde la calle 38 hasta la 79 al norte de la ciudad de Miami.

Ubicación de la Pequeña Haití en Miami. Google Maps.

Pero hoy en día la cara sonriente de los habitantes de esta zona cambia de manera instantánea cuando dentro de la conversación se menciona la frase “gentrificación climática”.   Un tema que puede no ser común en una conversación ordinaria se ha vuelto cada vez más frecuente para los residentes de este vecindario pues simplemente es un hecho.

Miami más vulnerable ante el calentamiento global

La vulnerabilidad de la población del sur de la Florida y los seres vivos ante la naturaleza es cada vez más evidente.  El estado de la Florida, caracterizado por su clima tropical y sus playas repletas de turistas tomando sol o bañándose en las aguas azules, se enfrenta cara a cara con los efectos del cambio climático.  Huracanes de categorías cada vez más atemorizantes y devastadoras, temperaturas cada vez más calientes y una crisis de algas tóxicas han aquejado al estado en los últimos años.

Existe otro problema que afecta silenciosamente y lentamente al estado, pero sobre todo a la adorable ciudad del sol: el aumento del nivel del mar.

Miami es una ciudad plana y baja. No existen montañas que la rodeen y la mayor parte de ella se encuentra a solo cinco pies sobre el nivel del mar.  Las inundaciones son cada vez más comunes a medida que el tiempo pasa. La explicación de esto es muy sencilla: una consecuencia del cambio climático es el incremento de las temperaturas globales lo que causa que los polos se derritan, el nivel del mar crezca y con ello la probabilidad de que estas zonas terminen inundadas en un futuro.

Hoy en día es posible que una zona que esté cerca del nivel del mar se pueda inundar sin que llueva o sin que haya una tormenta. El alza del nivel del océano provoca que las localidades que se encuentran cerca de la playa se inunden, sobre todo a finales de año durante los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre, explica Yoca Arditi-Rocha directora ejecutiva del Instituto CLEO, una organización sin fines de lucro que impulsa la acción climática a través de la educación pública y el compromiso.

Arditi-Rocha afirma que lo que sucede no es algo inesperado: ‘‘los científicos vienen anunciando desde la década de los 70 que los efectos de la emisión de gases de invernadero iban a producir una elevación en la temperatura. Nada de esto que está pasando es algo repentino’’ agrega.

Siempre ha costado dinero vivir cerca del agua. Las zonas menos costosas son las que se encuentran lejos de la playa. Hoy en día la Pequeña Haití, ese barrio olvidado por los agentes inmobiliarios, paradójicamente está convirtiéndose en el barrio preferido de los más adinerados por una sola razón: está ubicada a 11 pies sobre el nivel del mar. El vecindario colorido con murales haitianos pasó a ser una piedra preciosa en el mundo de los bienes y raíces pues lo que hace unos años no era atractivo para los compradores ahora sí lo es.

​El profesor de FIU y especialista en el tema de nivel del mar, Tod Crowl, asegura  que mientras aumente el nivel del mar y las personas traten de mudarse  lejos de la playa, las tierras que se encuentran alejadas del agua van a convertirse en tierra valiosa y las personas que viven ahí van a ser echadas de sus casas directa o indirectamente porque simplemente no van a poder costear el nuevo valor : ‘‘es una  injusticia social del sur de la Florida asociada con el cambio climático’’ señala.

​Nancy Meteyer , Organizadora del Clima para  New Florida Majority, organización política independiente que trabaja para aumentar el poder de voto y político de los electores marginados y excluidos hacia una Florida inclusiva, equitativa y justa,   explica que históricamente las comunidades de color no podían comprar casas o  apartamentos en zonas cerca de la playa pues esta era ‘‘tierra deseada y exclusiva’’  y por ello esas comunidades eran forzadas a vivir cerca de los rieles del tren diseñadas a 10 pies sobre el nivel del mar.

Rieles que cruzan por la Pequeña Haití. Foto de Carolina Morales.

Meteyer comenta que si bien las personas no están siendo presionadas directamente a desalojar la zona indirectamente lo están: ‘‘si no suben las rentas, suben los impuestos debido a las nuevas y modernas construcciones. Por eso la gente se está yendo de la zona a donde sí puedan pagar lo que estaban acostumbrados, pero la comunidad se quiere quedar donde está y ellos deben tener esa opción.   Es lo más justo’’.

Un reporte del crimen anual de la Oficina Federal de Investigación de EE. UU, FBI, el año pasado (2017) Little Haiti se encontró entre las zonas más ‘complicadas’ del condado de Miami Dade compartiendo esa característica con Downtown, Little Havana y Liberty City, las tres a pocas millas de distancia. En este caso, lo que puede significar como una señal de alarma para futuros compradores en la zona, no parece frenar ni en lo más mínimo los constructores de lo que promete ser un ‘‘distrito de innovación en Miami’’.

Abarrotados de grandes carteles que indican la construcción de un nuevo complejo residencial llamado ‘‘Magic City’’, que ofrece la construcción de 2,630 apartamentos de lujo, se encuentran edificios vacíos y terrenos ya invadidos por los camiones de construcción que se disponen día a día a sacar tierra.  Y lo que puede parecer una solución perfecta para reubicar aquellos que se encuentran cerca de mar, para otros significa un calvario.

Barda que rodea el próximo proyecto inmobiliario. Foto de Carolina Morales.

​Este proyecto no solo incluye viviendas si no también una torre de oficinas y espacio comercial. En su página web se observa que los desarrolladores también están considerando un hotel boutique. La idea principal es crear un vecindario transitable, estilo campus universitario con tiendas, oficinas, residencias, un hotel boutique, un jardín de esculturas y dos anfiteatros:  Magic City Studios de 30,000 pies cuadrados y Factory de 15,000 respectivamente. En otras palabras, un proyecto a gran escala.

Unos llegan, otros se van

Una zona colorida, llena de murales y siempre con música de fondo poco a poco se ha ido apagando. Lo que antes eran comercios de ropa colorida, ahora son locales vacíos llenos de polvo. Una comunidad que salía en la tarde a disfrutar y conversar entre vecinos, ahora es una calle vacía que emana derrota. La construcción de los grandes complejos residenciales ha provocado la subida abrupta de las rentas afectando a quienes ya habitaban ahí.

Un ejemplo de esto es Schiller Sanon-Jules quien, a pesar de haber tenido una de las tiendas de ahorro más exitosas de Miami, tuvo que cerrar hace un año porque no pudo pagar el aumento del alquiler: ‘‘la dueña del lugar me dijo que el alquiler iba a subir a $4,800 y eso es casi el doble de lo que yo pagaba’’ cuenta Schiller. Después de decirle a la dueña del local que no podía pagar esa cantidad de dinero, tuvo que colocar todo lo que vendía en un almacén muy pequeño pues nunca se esperó ese cambio tan repentino.   Al día siguiente la tienda fue alquilada a un negocio diferente.

El vendedor cuenta que desde hace un tiempo la dueña del local había cambiado el contrato de arrendamiento anual por uno mensual siendo esto una desventaja para el vendedor ya que Ley de la Florida permite al propietario cancelar el arrendamiento con solamente 15 días de aviso.

Hoy en día vende en un pequeño espacio en el Centro Cultural de Little Haiti. Cuenta que le tocó reinventarse pues tenía que llevar dinero a su casa y ese espacio por ser muy reducido no le permite vender lo que tiene en el almacén. Por eso, ahora prepara jugos y dulces haitianos mientras resuelve qué hacer. ‘‘Tuve que reinventarme, pero el problema mayor es que las rentas de los locales ahora están impagables’’, añade.

El vendedor cuenta que no solo perdió su tienda, si no también muchos clientes: ‘‘no tenia como decirle a la gente a donde me iba a ir pues todo fue muy rápido y no tenía un plan B. Nunca pensé que esto me pasaría’’. También asegura que la mayoría de los lugares que conoce ya han sido cerrados e incluso que los pocos que están abiertos ya no los poseen los haitianos pues fueron forzados indirectamente a entregarlos a los dueños de los locales.

Valencia Gounder, fundadora de Make the Homeless Smile y activista de la zona, explica que esto es un ejercicio de poder sobre los más vulnerables, en este caso los que poseen menor ingreso económico. Asegura que no hay nada establecido para controlar a los arrendadores. ‘‘Las rentas suben sin lógica’’ añadió. La activista afirma que es indispensable establecer los derechos de las personas que viven en las comunidades cuando se habla de desarrollo ya que hasta los momentos no hay nada constituido.   ‘‘No hay nada establecido para controlar a las personas que rentan locales o apartamentos. Hay personas que se aprovechan de que algunas personas de la zona no hablan inglés o simplemente no es su primer idioma’’.

En Miami, las áreas más prósperas están en promedio a 5 pies sobre el nivel del mar, una característica poco común en las ciudades estadounidenses.

Los inversionistas están conscientes de los efectos del cambio climático, por eso la inclinación hacia la compra y el desarrollo de Little Haiti.

Este año, la página de bienes raíces Zillow, consideró a la Pequeña Haití como el vecindario residencial de mayor potencial en el sur de la Florida y proyectó que el valor de las propiedades aumentaría 4.6 por ciento en comparación con el 1.6 por ciento general en lo que conforma los condados de Miami-Dade y Broward.  Según la página el precio medio de los alquileres llegó a una cuota máxima de cinco años este marzo, $1,831 mensuales, en comparación con $1,428 en marzo de hace 5 años.

Viviendas en la Pequeña Haití. Foto: Carolina Morales.Peter Ehrlich, inversionista del campo de bienes raíces en el área, afirma que los proyectos a gran escala que se están realizando en el área son construidos en terrenos que ya poseían los desarrolladores anteriormente e incluso menciona que la mayoría, por no decir todas las propiedades que fueron desalojadas, eran comerciales y no residenciales: ‘‘no se está botando a nadie de sus casas. Simplemente se está comprando propiedades donde no habitaba nadie y que ya pertenecían a los grandes inversionistas’’.

También comenta que el desarrollo del área es una oportunidad para crear nuevas residencias pues Magic City propone construir 2500 nuevas viviendas. Sin embargo, es indispensable tomar en cuenta el ingreso medio de los habitantes de Little Haití para conocer la posibilidad de los residentes del área de comprar una vivienda.

Cálculos estimados por el Fideicomiso de Defensa Económica de Miami-Dade (MDEAT) indican que el ingreso medio de los habitantes de la zona es de $26,756 y, según el portal HSH.com, un sitio web sobre hipotecas, el salario que necesita un individuo en la ciudad de Miami para adquirir una propiedad debe ser de más de $80,000.

Además, un análisis realizado en el 2015 por la Coalición de Desarrollo de la Comunidad Haitiana-americana (HACDC) trama que La Pequeña Haití tiene una tasa de pobreza del 46.2% y que sólo el 26.1% de las unidades habitacionales pequeñas ocupadas por Haití están ocupadas por sus propietarios.

‘‘Ahora que estamos en el 2018, la elevación del área es crucial para cualquier decisión que se va a hacer con respecto al campo de bienes raíces. Todo el mundo debe pensar en eso. La gente hace chistes diciendo que esta área se va a convertir en el frente marítimo’’ añade el inversionista.

Las dos grandes constructoras en el área, Magic City Innovation District y Dragón Global, no respondieron a repetidas solicitudes de comentario por parte de la autora de esta historia.

El futuro de los residentes haitianos en la comunidad no está definido. Por ahora, el interés en la zona abunda. Desde la perspectiva profesional de Meteyer muchos haitianos van a tener que salir de sus casas, pero asegura que puede haber espacio para todos si los desarrolladores crean una situación de casa mixtas donde existan viviendas muy costosas y otras no tanto. ‘‘De esta manera todos los estatus económicos son representados en el área y nadie tiene que ser excluido’’ aseguró.

Por otro lado, es imperativo frenar los efectos del cambio climático. Si bien no existe una varita mágica que solucione lo estragos que vive la madre tierra, la suma de varias soluciones pueden ayudar a disminuir el impacto negativo de la contaminación, afirma Arditi-Rocha. ‘‘Si a nivel global, estatal y local nos enfocamos en implementar medidas que reduzcan las emisiones de carbono y efecto invernadero podemos frenar en gran parte las proyecciones y aunque es un desafío muy grande, lo importante es que existen la soluciones ahorita, en este momento…’’ agregó.

Caplin News Contributor