Héctor Sandarti, un rostro que alegra las mañanas de los hispanos en Un Nuevo Día

El carismático presentador de Telemundo comentó sobre su carrera y dijo que uno de sus secretos es la honestidad con su público

MIAMI.- El presentador Héctor Sandarti me recibe en el plató del programa matutino Un Nuevo Día, en Telemundo Center, en Miami, espacio que desde hace un año se convirtió en su segunda casa. En medio del ajetreo de la televisión en vivo, el carismático guatemalteco se alista para uno de los segmentos del programa.

Tanto frente a cámara como en los intermedios, contagia a todos con su risa y aprovecha cada oportunidad para hacer chistes a sus compañeros o reírse de sus propias ocurrencias, siempre con la convicción de que “si no me divierto yo, no se divierte el público”. Esa gracia natural para la comedia y la soltura en escena vienen desde la niñez, cuando comenzaba a explorar el mundo del entretenimiento.

Un regalo de Dios

“Creo firmemente en que a algunas personas nos regala Dios la bendición de descubrir nuestra vocación desde muy temprana edad, y fue mi caso. Yo era muy chiquito, tres, cuatro años, y ya tenía la inquietud de hacer payasadas, cantar, declamar, contar chistes. Cuando veía, por ejemplo, una entrega de premios Oscar, yo, sin saber qué películas eran ni quiénes eran los premiados, me iba a mi cuarto y ensayaba mi discurso de cuando yo recibiera un premio. Creo que Dios me regaló eso”, recordó Sandarti, quien comenzó en el canto antes de incursionar en la conducción y la actuación.

Sandarti está convencido de que la risa y la imaginación nos hacen mejores seres humanos, aprendizaje que en parte se debe a su educación. “Vengo de una familia pequeña. Mi padre muere cuando tengo un año y mi madre enviuda con tres hijos; tengo dos hermanas mayores”, dijo el conductor, cuya infancia transcurrió en Ciudad de Guatemala, en “una familia de clase media donde no había muchos recursos pero había mucho amor”.

A pesar de las dificultades y también como parte de esa actitud positiva que le ha acompañado toda su vida, agradece “que en aquel entonces no haya habido teléfonos, ni tablets, porque yo jugaba con mis manos, con carritos, con cartón. Por ejemplo, agarré una caja de cereal e hice un teatro de marionetas”.

“Luego, cuando mi madre tuvo la maravillosa idea de comprar una grabadora de cassette, yo me la pasaba horas haciendo sonidos, grabando música, haciendo voces, y sin querer, lo que estaba creando era la plataforma para lo que hoy es mi profesión, que tanto amo”, relató.

Su tenacidad le ayudó a dar el salto a la pantalla pequeña en México, cuando se presentó ante Eugenio Cobo, director de la Escuela de Televisa, con el sueño de trabajar para esta cadena. Y lo logró. “Lo tuve que engañar”, admitió, “le tuve que decir que yo en Guatemala era actor, lo cual no era cierto. Pero yo tenía tantas ganas de quedarme en México que utilicé todas las artimañas posibles con tal de que me aceptaran en la escuela”.

Como señaló, eso le dio un lugar en la empresa y el comienzo de una sólida carrera. “Los primeros proyectos fueron totalmente de comedia, y como es un formato muy difícil y se me daba con facilidad me empezaron a dar trabajo. Fueron 25 años de carrera en Televisa, que me dieron un nombre”.

Un Nuevo Día, un nuevo camino

Sandarti se declara agradecido por tener la oportunidad de entrar en los hogares de tantos hispanos en EEUU a través del programa matutino que presenta en Telemundo.

“En el primer show que hice con ellos entré como pez en el agua, de una manera tan fluida que parecía que hubiera trabajado con ellos durante varios años y era mi primer día prácticamente. Creo que fue un click general, y además este era un formato que había hecho muchos años en Televisa”, afirmó.

El presentador Héctor Sandarti en los estudios de Un Nuevo Día, en Telemundo. Photo by Grethel Delgado.

Llegar a este tipo de proyecto era un deseo que albergó desde sus comienzos. “Todo lo que ha pasado en mi vida me preparó para este momento, son experiencias que van sumando. Manejé marionetas tirado en el suelo en Plaza Sésamo, hice voces, hice doblaje, locución de radio, cantaba misas, cantaba cuando había 15 años y graduaciones, hice dramas, telenovelas, todo eso me ha dado un abanico de posibilidades que utilizo en la conducción. Si me piden hacer algo de canto, lo hago; de baile, lo hago, no me da miedo el ridículo”, explicó el presentador.

Asimismo, contó que la mejor manera de llegar a ese público que tanto respeta es disfrutar y ser honesto. “Trato de creerme lo que hago, pero creo que mi secreto más importante es divertirme. Siempre he dicho: ‘si no es divertido no lo hagas’. Soy de los pocos que luego me veo en los videos y me río de mí mismo”, comentó.

Al final del programa, las personas del público se acercan a Sandarti para tomarse fotos y no pierden la oportunidad para expresarle su agradecimiento.

“Ese es el mejor reconocimiento que puedes recibir. Los premios son muy importantes, pero el reconocimiento del público, que la gente me pare en la calle en Miami, me diga ‘te veo todas las mañanas, gracias por alegrarme, me divierto contigo’, eso es un premio muy grande, porque conseguirlo en un año es un gran avance”, aseveró.

Cuando no está frente a las cámaras, según dijo a este medio, es “muy parecido al que ves en la televisión. Me la paso todo el tiempo haciendo bromas. Soy una persona seria, honesta y me gusta cumplir a cabalidad con las cosas que tengo que hacer. Pero siempre le tomo a todo el lado gracioso, veo lo positivo de la vida, trato con mi esposa y con mi hija de que también lo hagan. Cuando tenemos un problema les digo: ‘oigan, pero lo bueno es tal cosa, fijémonos en tal otra’. Siempre veo el lado bueno y creo que es un estilo de vida que aprendí de mi madre, que es positiva, dicharachera, bromista, juguetona. Y eso lo practico en el día a día, tanto fuera como dentro del escenario”.

“Siento que estoy sirviendo a los demás”

Para los jóvenes que quieren trabajar en el mundo del entretenimiento, el presentador dio algunos consejos que ha aplicado en su propia carrera.

En primer lugar recomendó tener confianza. “Créanselo. Este medio es muy competitivo, muy cruel, solitario, de repente es muy injusto, pero cuando tú sabes que es tu vocación y que es lo único que realmente deseas hacer por el resto de tu vida, tienes que creértelo y llegar a donde tengas que llegar, no con la ilusión de triunfar sino con la convicción de hacerlo”.

“La paciencia también es muy importante”, acotó. “Pero no significa no hacer nada, pasividad; es paciencia trabajando, estudiando, cuidándote, para que el día que llegue la oportunidad, te agarre preparado”.

El tercer consejo “es que siempre veas lo que haces en función de servir a los demás. Cuando uno se concentra en servir a los demás, lo otro llega por añadidura, y aunque mi trabajo parecería que no ayuda a nadie, porque lo mío es entretener, cuando una persona se me acerca y me dice ‘oiga, me hizo la mañana’, siento que estoy sirviendo a los demás”.

Además, indicó que la actitud es nuestra mejor carta de presentación. “Siempre me he reído de todo, incluso de mí mismo. Eso me abre muchas puertas, con las personas, con los ejecutivos, con los compañeros. La actitud es algo que tú puedes manipular. Tu físico, tus conocimientos también, pero la actitud la puedes cambiar día con día, minuto a minuto, y hacer que hoy sea el mejor día de tu vida”.

Por ahora el presentador seguirá en Telemundo, “sentenciado a que no me mueva de Un Nuevo Día”, bromeó. “Para el otro año igual los sorprendemos con algún proyecto, siempre dentro de la cadena, quizás algún programa de concurso o alguna cosa en la noche, que también me encantaría hacer”, adelantó.

Born in Cuba, Grethel Delgado has a bachelor's degree in theater and is part of the Spanish journalism master's program at Florida International University. She is currently a journalist at the Diario Las Américas newspaper. Grethel is passionate about journalism, creative writing and acting.