El mantenimiento del condominio Parker Plaza se ha convertido en una pesadilla para sus residentes (video incluido)

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“Cada vez quieren más, más y más dinero, ¿qué es esto? Esto no es un barrio de alta clase, esto es un lugar de trabajadores de clase media,” dijo alarmada Nancy García, dueña y residente de uno de los apartamentos.

El condominio Parker Plaza, ubicado en Hallandale, Florida, nació en 1971. Su creador fue el reconocido arquitecto de Miami, Morris Lapidus, quien también se hizo famoso por hoteles como el Fontainebleau y la famosa zona comercial de Lincoln Road. El Parker Plaza es otra cosa. Sigue siendo una edificación de 22 pisos con 520 unidades y espléndidas vistas al océano y sus atardeceres. Pero ahora sufre serios problemas. 

En julio de 2017 se contrató a una compañía por $5 millones para remodelar los balcones. Empezaron a operar con optimismo.  Abrieron los balcones del norte, sur y este sin terminar ninguna fase. Solo los residentes con apartamentos que dan a la calle se salvaron. Hoy día, varias viviendas continúan tapadas, y los residentes no pueden disfrutar de las vistas o de los balcones.    

“En aquella ocasión pagué $10.000 y ahora quieren contratar a otra compañía para terminar la reparación y me dicen que debo pagar $22.000. Al principio pensé que estaban incluidos los $10.000 anteriores y resulta que no,” dijo García.

Otro propietario, Manuel Quiñones, dijo que no comprender cómo la junta directiva no contrató el bono de seguridad de construcción, una herramienta financiera que se usa para respaldar el costo de una obra en caso de problemas con contratista. “Uno de los directivos no quiso comprarlo porque costaba más dinero. ¿Acaso usted no le va a poner seguro a su carro porque cuesta más dinero?” 

En uno de los edificios frente al mar más espléndidos del sur de la Florida, se cerraron balcones y vistas gloriosas del mar con tableros de madera hace dos años. (Cortesía: Alex Carvajal)

Los problemas surgieron poco después de conseguir los permisos para iniciar la obra en agosto del 2017. Tan pronto se empezó a picar el cemento, se descubrió que la estructura en la mayoría de los balcones estaba mucho más deteriorada de lo que inicialmente la firma de ingenieros había estimado, explicó Alan Mosher, el presidente de la empresa constructora Custom Group. El entonces presidente de la junta directiva de Parker Plaza, Bob Perlman, corroboró esta declaración. De un presupuesto inicial de $3,36 millones, el estimado del ingeniero ascendió entonces a casi $5 millones. 

En varias órdenes de trabajo, Mosher mostró como la junta encargó nuevas reparaciones, cambiando los plazos para terminar las obras. Custom Group contrató más empleados y empezó a trabajar en varias fases del edificio. “Hicimos lo que nos pidieron,” aseguró Mosher. 

Pronto surgió otro problema: varias puertas correderas del balcón tenían filtraciones porque habían sido instaladas incorrectamente casi una década anterior. “Tuvimos que paralizar partes de la obra mientras la junta investigaba,” dijo Mosher.

Lo cierto es que los vecinos fueron los más afectados. “Ya el proyecto pasado se convirtió en un sacrificio. Nadie puede salir al balcón desde hace dos años … los cristales deteriorándose llenos de cemento,” explicó Elisa Ruiz, una vecina de edad avanzada que cuida de su esposo con alzheimer y su madre de noventa años.

En varias reuniones, directivos de la junta han dicho a los vecinos que la compañía de construcción, Custom Group, se fue dejando todo a medias. Más de cuatro propietarios aseguran que varias veces se les dijo que Custom Group había quebrado.  

“Me enfermé de cáncer, pasé 41 días con sesiones de radioterapia pero nunca declaré la bancarrota,” aseguró Mosher. Después de prohibir la entrada de los obreros a la construcción, la junta directiva envió una carta despidiendo a Custom Group el 4 de marzo del 2019.

Según la constructora Custom Group, Mosher se reunió con la junta la primera semana de enero, para pedir un adelanto de $194.000 por el trabajo ya realizado, para pagar uno de sus acreedores. Aunque los directores de la junta en principio aprobaron la petición, el cheque nunca llegó. “La secretaria, Linda Lustig, trascribía las actas de las reuniones semanales de la junta muy cuidadosamente. Todo está ahí,” añadio Mosher.

La junta directiva averiguó que Custom Group debía $207.109 a sus contratistas y anunció a los residentes que no podían dar detalles debido a la “situación legal pendiente.”

“Creo que fue una excusa para librarse de nosotros y quedarse con nuestro dinero,” dijo Mosher, quien insiste que Parker Plaza quedó debiendo más de $300.000.

Los documentos de despido que envió la junta a Custom Group en marzo incluyen una carta del ingeniero con cinco líneas diciendo que Custom Group “no estaba realizando el trabajo con la presteza necesaria para cumplir con los plazos establecidos en el contrato.”

“A veces ganar la puja en un proyecto de construcción, se puede convertir en tu peor pesadilla,” dijo Mosher.

Para continuar el trabajo que quedó a la deriva, la junta directiva del condominio contrató a la firma de construcción, Coast to Coast, o CTC. Michael Fagan, propietario de cuatro apartamentos y uno de los directivos de la junta, dijo que el edificio tiene problemas de mantenimiento crónicos, y de ahí viene la propuesta de una nueva cuota.

Los residentes también entienden que el Parker Plaza necesita cuidados intensivos. José Sardiña, un propietario con amplia experiencia en construcción en la ciudad de Miami, decidió adelantar su retiro y convertirse en el jefe de mantenimiento del Parker Plaza en el 2006 y 2007. Luego, sirvió seis veces en la junta directiva, como director, tesorero y vicepresidente hasta el 2015. Sardiña identifica dos problemas fundamentales: la vejez de los “chillers,” las dos grandes máquinas de aire acondicionado, y el techo, que tiene ya 25 años. “En su día se calculó que cambiar los chillers podría costar $1,5 millones. La junta se negó a hacerlo,” dijo Sardiña. Además, el edificio de aparcamientos necesita reparaciones urgentes, añadio Mosher.

“El principal problema que tenemos es la desconfianza hacia la junta directiva,” afirmo José Espinel. “¿Por qué de un contrato que era inicialmente de $5 millones nos están pidiendo $10 millones más para completar el trabajo inconcluso? Es más del doble y es muy cuestionable. Estoy pagando casi lo mismo que por rentar un apartamento,” dice Quiñones, quien también trata de vender su vivienda. Varias personas lo han visto pero ninguna pone una oferta.

La junta directiva rompió filas en la última reunión de diciembre.  Los propietarios pidieron que mostrasen las pujas y las diferentes ofertas que tomaron en cuenta al presupuestar otro millonario contrato. Decían temer que los precios pudieran estar hinchados. El costo del ingeniero había subido de $200 mil en el 2017, a $900 mil en la nueva propuesta. Bajo duro cuestionamiento de los propietarios, el presidente, vicepresidente y otros dos directivos abandonaron la reunión. 

Simon Sherman, otro de los directivos, reconoció que, según su interpretación, haber firmado el contrato con una nueva compañía de ingeniería M2E era ilegal, según el estatuto 718, por haberse decidido a puerta cerrada sin ser anunciado. Por su parte, Linda Lustig, secretaría de la junta, añadió que tampoco ella había estado de acuerdo con la firma: “es un conflicto de interés.” Este documento nombra como el nuevo ingeniero al propio representante del edificio. 

“Hicimos tanto bochinche que no pasó el ‘assessment,’” dijo la dueña de uno de los apartamentos, María Inés Marino, quien hace un mes comenzó a organizar a los vecinos para obligar a la junta a rendir cuentas. También añadió que durante la reunión la junta aceptó disminuir los gastos de ingeniería. Ahora, Marino espera que los directores de la junta cumplan y presenten la información solicitada para que los propietarios puedan votar antes de fin de año. Caplin News trató de comunicarse con el presidente actual de la junta, Rafael Collazo, en varias ocasiones, pero no respondió ninguna de las preguntas que plantean los propietarios.

Mientras tanto, la comisión que regula los condominios en el condado de Broward recomienda calma y anunció haber asignado un investigador para revisar las quejas. Una calma que, a pesar de los amaneceres frente al mar, no parece cercana para los residentes del histórico edificio. “Yo no estaba trabajando por enfermedad. Pero me tocó volver a trabajar aunque esté con dolor por las heridas de una cirugía. Por los pagos, porque la cosa aquí está dura,” dijo García.

 

 

 

Graduada de Periodismo por la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba en el año 2015.
Trabajó durante los 5 años de la carrera como estudiante activa en la radio y la televisión local de la provincia Santiago. Realizó varias investigaciones durante la academia, entre las que destaca su estudio sobre los medios cubanos en la era de la Web 2.0.
Trabajó como periodista de la Dirección Provincial de Cultura en Santiago, el canal de televisión Tele Turquino y Radio Mambí. En Estados Unidos estudia actualmente la maestría de Periodismo que ofrece Florida Internacional University.

Kiara M. Sierra Santos tiene 26 años y es oriunda de Puerto Rico. Hizo un bachillerato en Puerto Rico en Relaciones Públicas. Actualmente curso la Maestría de Periodismo en Español en la FIU.

Raised in Denver, Colorado, Priscilla moved to Miami in 2015 to pursue a bachelor's degree in communications and most recently a master's in Spanish language journalism. She believes that good journalism gives a voice and empowers communities. That’s exactly what she plans to do through out her career.

Patricia Perez-Hidalgo, born in Havana, Cuba, and living in Miami since 2010. Majored in Spanish at FIU she currently works as a producer at Telemundo 51. Perez-Hidalgo is part of the Master of Science in Communication at FIU.  She also has a diploma from the Institute Ecumenical for Religious Sciences (ISECRE) located in Havana City.